El cambio climático es uno de los problemas ambientales más preocupantes que está sufriendo la sociedad. Como esto puede traer efectos muy negativos para los seres humanos en el futuro, la mayoría de los gobiernos y organizaciones ecológicas están impulsando medidas para acelerar la transición energética.
Las consecuencias que produce el cambio climático pueden reducirse tomando una serie de estrategias de sustentabilidad y renovables, que funcionan como alternativas a los procesos industriales que tienden a ser más contaminantes y disminuyen su impacto negativo.
La transición energética y el cambio climático
Este método implica reemplazar los sistemas energéticos que utilizan como combustible principal a los fósiles, que emiten altas cifras de gases de efecto invernadero, por otros tipos que aplican energías basadas en fuentes renovables, como es el caso de la eólica y la solar.
En este sentido, los efectos en el cambio climático son mucho menores (especialmente porque la práctica de los sistemas tradicionales continúa, aunque en un porcentaje más pequeño). De hecho, se disminuyen significativamente los daños en la atmósfera.
Cómo se está produciendo este proceso
Tomando en consideración lo que está ocurriendo en el mundo con el medioambiente, muchos gobiernos y empresas comenzaron a enseñar su preocupación por el cambio climático e implementaron las primeras medidas preventivas, que ayudan a reducir el impacto de los gases y a buscar nuevas alternativas.
En este contexto, es posible enumerar una amplia serie de naciones que financiaron la construcción de centrales eólicas y solares. Con respecto al primer caso, en Argentina se utiliza el viento patagónico, principalmente el de Chubut, para la instalación de centrales. Sobre el segundo, en el norte, en Buenos Aires y en Córdoba se impulsa la alternativa.
Otros motivos que impulsan la transición ecológica
Por otra parte, los efectos que genera el cambio climático provocan por sí mismos la necesidad de establecer modificaciones en la demanda energética. En muchos casos, lo que se produce por combustibles fósiles no alcanza a satisfacer a ciertas industrias o poblaciones y se necesita hacer uso de las alternativas ecológicas.
Esto se evidencia, por ejemplo, en el aumento de las temperaturas (consecuencia del cambio climático) que se traduce en que exista una mayor demanda de refrigeración. Aquí es donde las energías renovables aceleran la transición hacia un camino más limpio y sostenible.
También es necesario considerar todos los avance tecnológicos, en distintas áreas de la sociedad, que permiten construir centrales de forma más rápida, mejorar las instalaciones y volverlas más eficientes y realizar procesos más productivos. Esto se refleja, actualmente, en la Inteligencia Artificial que es capaz de medir la dirección de los vientos y aumentar la obtención de energía eólica.
