Como parte de una iniciativa mundial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el Gobierno argentino lanzó un plan energético con vistas a mejorar la situación para el 2050. El objetivo principal es lograr la neutralidad de carbono en el sector destinado a la producción.
El plan energético nacional se centrará en tres aspectos específicos: el primero es el desarrollo de fuentes de energías renovables; el segundo es la eficiencia en la producción y el tercero la diversificación de la matriz energética.
Los objetivos del plan energético
El programa tiene dos años en los que se espera conseguir logros significativos: 2030 y 2050. En cuanto al primero, se espera haber reducido en un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero en el país, además de haber mejorado la eficiencia energética en un 20% e incrementado la participación de las energías renovables en la matriz energética en un 70%.
Estos últimos dos porcentajes se espera que sean aún mayores en el segundo caso, alcanzando cifras de un 30% y un 90% respectivamente. También se buscará aumentar los empleos que pertenecen al sector.
Casos específicos de aplicación
En septiembre, se realizó la presentación de la Estrategia Nacional para el Desarrollo de la Economía del Hidrógeno (ENH), que fue liderada por la secretaria de Asuntos Estratégicos, Mercedes Marcó del Pont, en un evento que contó con la participación de gobernadores de varias provincias.
Acerca del plan energético que corresponde a esta fuente, desde la página oficial del Gobierno detallaron: “A 2050, se proyecta para la Argentina una producción doméstica de al menos 5 millones de toneladas anuales de hidrógeno de bajas emisiones, destinadas en un 80 por ciento al mercado de exportación”.
En el documento que oficializó el acuerdo al que Argentina se había comprometido en una reunión en Francia de la que participaron varias naciones, el Gobierno explicó cómo será la inversión que realizarán y sostuvieron la importancia de la medida del plan energético.
“La generación eólica es la que en mayor crece en los tres escenarios, seguida de la hidroeléctrica y la solar. Aunque en términos porcentuales, la capacidad instalada de fotovoltaica crece mucho más que la hidráulica en los tres escenarios. Asimismo, hay un crecimiento en la biomasa y el biogás pero relativamente menor”, remarcaron en el texto.
Sobre este punto, esto cumple con los compromisos que se asumieron durante el Acuerdo de París. Esto incluye la Estrategia de Desarrollo Resiliente con Bajas Emisiones a Largo plazo a 2050, el Plan Nacional de Transición Energética a 2030 y los Lineamientos y escenarios para la Transición Energética a 2050.
