En 2021, Google anunció su compromiso de alcanzar las cero emisiones netas, algo que se correspondía con un objetivo mundial de combatir el cambio climático. Sin embargo, este 2024, la compañía con sede en Mountain View se está alejando de su cometido. Las nuevas tecnologías son culpables de este panorama.
Es que los nuevos proyectos que está realizando Google funcionan de manera contraria a lo que se pretendía realizar en 2021, cuando se apostó por reducir la huella de carbono. Lo que más preocupa es que en los últimos cinco años estas emisiones se incrementaron en un 50%, cuando deberían haber disminuido en un porcentaje similar.
Qué está ocurriendo con Google y sus emisiones
De hecho, los centros de datos de Google y la implementación de la Inteligencia Artificial son los dos culpables de que la empresa se haya desvíado de esta finalidad. Esto se debe a que demandan mucha energía para funcionar, de modo que la alimentación de estos sistemas perjudican las emisiones.
Según informó Google, sus emisiones aumentaron un 48% en los últimos cinco años, algo que sucedió producto de la incorporación de esta tecnología en sus productos principales. Cabe destacar que esto, de continuar así, esto impedirá alcanzar la finalidad de las cero emisiones netas.
Anteriormente, los gases de efecto invernadero que emitían eran un 48% menores a las 14,3 millones de toneladas de dióxido de carbono que salen a la atmósfera. Además, esto también representará un 13% más en el 2024 que en el 2023. Y la Inteligencia Artificial es la principal responsable detrás de este panorama.
Según detalló la misma Google, el aumento del consumo de energía están relacionados con las necesidades de los centros de procesamientos de datos, que son edificios de tamaños más que relevantes que tienen requerimientos altos de voltaje porque deben guardar toda la información que provienen de las cientos de aplicaciones de la empresa.
La Inteligencia Artificial generativa y el problema de las emisiones
“Alcanzar las emisiones netas cero en 2030 es un objetivo extremadamente ambicioso y sabemos que no será fácil. Nuestro planteamiento seguirá evolucionando y nos obligará a sortear grandes incertidumbres, como la que rodea al futuro impacto medioambiental de la IA, que es complejo y difícil de predecir”, explicaron desde Google.
“Además, en la actualidad no existen soluciones para algunos retos mundiales clave, y dependerán en gran medida de la transición hacia una energía limpia más amplia”, remarcaron desde la entidad. Esto es preocupante porque varios informes revelaron que los centros de datos demandarán un porcentaje importante de la electricidad mundial en unos años.
Cabe destacar que este problema de la IA afecta a una amplia cantidad de empresas que están implementando estrategias con este tipo de aplicaciones. Es el caso de Microsoft, que también publicó un comunicado detallando que esta tecnología provocó un aumento en sus necesidades energéticas, lo que derivó en que debieran retroceder con sus pretensiones de reducir sus emisiones.