Durante nueve días de septiembre del año pasado, se produjo un Tsunami en Groenlandia que generó bastantes pérdidas en el país. El fenómeno fue consecuencia de un deslizamiento de la tierra en un fordio, aunque un estudio reciente remarcó que el cambio climático tuvo una incidencia más que relevante para que esto terminara ocurriendo.
Así lo explicaron desde la revista especializada Science. Sus investigadores se centraron en lo ocurrido con el Tsunami en Groenlandia y para eso contaron con el apoyo del Servicio Nacional de Geología de Dinamarca y Groenlandia (GEUS). Kristian Svennevig, miembro de la asociación, detalló que lo más sorprendente de todo lo ocurrido es “la duración de la señal sísmica y la constancia de su frecuencia”.
Qué dijo el estudio sobre el Tsunami en Groenlandia
Como bien detalló el especialista, lo más único de este evento fue que se mantuvo por más de nueve días. Esto no suele suceder con esta clase de fenómenos, que a pesar de producir señales sísmicas, no suelen mantenerse por más de unas horas. Por eso es que se estudió su relación con el cambio climático y la influencia que podría haber tenido.
“Otros deslizamientos de tierra y tsunamis han producido señales sísmicas, pero solo durante unas pocas horas y de manera muy localizada. Este se observó en todo el mundo, hasta en la Antártida“, agregó el miembro de la GEUS sobre las diferencias entre el Tsunami en Groenlandia y otros casos anteriores.
De hecho, fue esta característica la que más impresión produjo en la comunidad científica, ya que al principio decidieron catalogarlo como un “objeto sísmico no identificado“. Luego de un tiempo fue posible determinar que se trató de un deslizamiento de la tierra en el fiordo Dickson, que queda al este de Groenlandia.
Qué ocurrió con el Tsunami en Groenlandia
Durante aquellos nueve días de septiembre de 2023, en total, 25 millones de metros cúbicos de piedras y hielos cayeron en un fiordo deshabitado, lejano del país europeo, a aproximadamente 200 kilómetros del océano. Como consecuencia de esta inmensa cantidad de movimiento, se provocó un desplazamiento que culiminó en un tsunami de 200 metros de altura en su pico más alto.
El gran problema del Tsunami en Groenlandia fue las pérdidas que generó en los alrededores del país, en especial porque las olas mantuvieron una altura superior a los 4 metros a 70 kilómetros de la costa, lo que derivó en una destrucción de una base de investigación situada en la isla Ella. Según determinaron los especialistas, esta caída fue consecuencia de la disminución del glaciar en la base de la montaña.
Cuál fue la incidencia del cambio climático en el Tsunami en Groenlandia
El último factor mencionado es producto de un calentamiento global que está generando varios problemas en el mar, varios de ellos vinculados al incremento de su nivel producto del deshielo. «Con un Ártico que sigue calentándose, es de esperar que la frecuencia y la magnitud de estos eventos aumenten en el futuro», explicó Svennevig.
Lo que explicó preocupa a la comunidad científica, ya que el ártico nunca registró en la historia de la humanidad temperaturas tan cálidas como en la actualidad. Es por eso que desde varias organizaciones exigen aumentar la vigilancia para poner sistemas de alerta que permitan evitar catástrofes como la producida por el tsunami en Groenlandia.
Los problemas que está generando el cambio climático en el país europeo
Las temperaturas más elevadas aceleran la velocidad con la que se produce el deshielo. De hecho, Groenlandia, en los últimos 20 años perdió más de 4 billones de toneladas de este material. Y, además, los científicos advierten que el cambio climático puede llegar a incrementar la cantidad de terremotos, inundaciones y erupciones volcánicas, tres fenómenos de los que este país no estaría exento.
Volviendo al deshielo, el derretimiento y el desprendimiento de los icebergs traen como consecuencia el aumento del nivel del mar, algo que se estima ya incrementó más de un centímetro, que, aunque parece poco, es una cantidad que puede traer varias complicaciones a futuro, ya que esto no dejaría de ocurrir.
Además de lo ocurrido, el cambio climático también contribuye a incrementar la corteza terrestre alrededor del océano Atlántico Norte, con un ritmo anual que puede alcanzar hasta los 2,5 centímetros. Como consecuencia de estos dos factores, el de la tierra y el del hielo, la actividad sísmica del agua podría aumentar, produciendo más casos como el del tsunami en Groenlandia.
El gran problema de esta tendencia es que no solo se limita ni a Groenlandia ni a todo el continente europeo, más allá de que sean los más perjudicados por las tendencias en el Atlántico Norte, que también alcanza a países de América, como Estados Unidos y Canadá, sino que también incluye al resto del mundo.
Por ejemplo, acerca de lo que sucede del otro lado del ártico, se destaca que Alaska ya registra los sismos más frecuentes de su historia. El 28 de julio de este año alcanzó una magnitud de 8,2 que fue la más fuerte en Estados Unidos de los últimos 50 años.
Algunos antecedentes que generan preocupación tras el tsunami en Groenlandia
Europa no está exenta de estos fenómenos climáticos. De hecho, uno de los peores antecedentes registrados en la región fue el tsunami de Storegga, producido hace más de 8,2 mil años y que aún hoy se siguen estudiando sus consecuencias. Este se generó en altamar como consecuencia del derretimiento de las capas de hielo al norte del continente.
Como consecuencia de la caída de agua al mar, se provocó un deslizamiento de sedimentos submarinos, que se cree que derivó en olas que superaron los 20 metros de altura, aunque nunca se pudo precisar este hecho con claridad. Lo que sí se pudo determinar fue que las islas Shetland estuvieron cercanas a esa cantidad de agua cuando esto ocurrió.
Además, también se logró concluir que hubieron miles de muertos como consecuencia de este tsunami. Esto incluye a Groenlandia y Dinamarca, que son los dos países que comparten el instituto climático que publicó el estudio en la revista Science.