Comunidades solares: democratizar el ahorro energético

Cómo surgió esta nueva alternativa que organiza a grupos de vecinos y les permite participar.
Los paneles fotovoltaicos se instalan en la ubicación más idónea para la generación de energía.

La energía solar residencial es una solución cada vez más viable para los ciudadanos que quieren contribuir al cuidado del medio ambiente (y de sus propios bolsillos). Pero presenta un problema: no todos tienen la posibilidad de instalar módulos fotovoltaicos en su propio tejado. Ya sea porque viven en edificios, porque no son dueños de sus residencias o porque simplemente no cuentan con la infraestructura necesaria, miles de personas quedan excluidos de este gran boom verde. Por eso surgió esta nueva alternativa que organiza a grupos de vecinos y les permite participar.

¿Qué es una comunidad solar?

También llamados huertos solares comunitarios, son una agrupación que reúne a individuos, organizaciones y empresas que quieren aprovechar la energía del sol y ahorrar en sus cuentas de electricidad, mediante su aporte para la construcción de un sistema fotovoltaico, ubicado cerca de su residencia. Es decir, en el que cada participante realiza un aporte -proporcional a su consumo energético- para el desarrollo del proyecto solar, y recibe a cambio una parte de la energía generada, lo cual termina reflejado en la reducción de sus facturas de luz.

¿Quiénes impulsan los proyectos?

Las comunidades solares ya son una realidad en todo el mundo. En muchos casos, las mismas empresas de distribución o de servicios públicos son las promotoras, ofreciendo este beneficio a sus clientes. El primer caso conocido fue el de la comunidad de Ellensburg, en el estado de Washington, EEUU. En 2003, la empresa municipal de servicios públicos local utilizó subvenciones y fondos comunitarios para construir un conjunto de 26 kilovatios, y los paneles se alquilaron a los clientes de la empresa a cambio de un crédito en su factura de electricidad.

Otro modelo es el que utiliza la llamada medición neta virtual (VNM – también conocida como medición neta agregada). En este caso, es una empresa externa la que instala, mantiene y explota los paneles solares, e inyecta la energía generada directamente a la red de distribución. Los clientes abonan un porcentaje de la parcela y con ello «compensa» la electricidad «marrón» que usa en su hogar. Luego la empresa distribuidora realiza el cálculo correspondiente para bonificar al abonado por su aporte desde el parque solar, según los watts que haya generado su parcela.

En España, la empresa Repsol ya ha impulsado 356 comunidades solares a través de su iniciativa Solmatch, y espera evitar la emisión más de 3.500 toneladas de CO2 por año.

También, en el barrio El Salvador de Medellín, Colombia, la Universidad EIA, EPM, la empresa Erco, la comercializadora de energía solar NEU y el Reino Unido trabajan para implementar un modelo barrial de generación de energía a través de paneles solares.

¿Cómo puedo participar?

Si te gustaría formar parte de una comunidad solar, deberías ponerte en contacto con tus vecinos, con las autoridades de tu lugar de residencia y con la empresa que te brinda servicio de electricidad. Es posible que estos últimos ya tengan un proyecto de este tipo en desarrollo, y si no, ¡podrías darles una gran idea!

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