Alemania y el adiós a la energía nuclear

En el año 2002, el país europeo tomó la decisión de cerrar de forma paulatina todas sus centrales nucleares, en pos de virar hacia la energía verde y sustentable.
Planta nuclear en funcionamiento.

En el año 2002, el país europeo tomó la decisión de cerrar de forma paulatina todas sus centrales nucleares, en pos de virar hacia la energía verde y sustentable. Este año y a pesar de la crisis energética, el plan llegó a uno de sus puntos más cruciales con el cierre de las últimas tres plantas nucleares activas en el territorio.

La decisión de eliminar progresivamente la energía nuclear fue adoptada en 2002, bajo mandato de la canciller Angela Merkel, quien decidió acelerar el proceso después de la catástrofe de Fukushima en Japón. Recordemos que en Alemania particularmente, pisa fuerte el movimiento antinuclear nutrido a partir de conflictos como la Guerra Fría y el accidente de Chernóbil, por ende el anuncio inicialmente contó con el apoyo de la opinión pública.

Ahora bien, la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 supuso retrasos en los planes iniciales, el conflicto armado por un lado dio por tierra con la comercialización de gas natural económico, a la vez que produjo un drástico corte en los suministros de origen ruso. De esta forma, el calendario de desconexión tuvo que ser aplazado varios meses. A partir de ahí, la opinión pública comenzó a cambiar: “Con los precios elevados de energía y el tema candente por el cambio climático, se levantaron por supuesto voces para prolongar las centrales”, fue la declaración de Joseph Winkler, alcalde de la comuna de Neckarwestheim, lugar que aloja una de las últimas centrales activas. 

Pero el plan siguió adelante, y las últimas tres centrales alemanas, Bade-Wurtemberg, Isar 2 y Neckarwestheim, cesaron actividades en abril del corriente año. El sector nuclear, que llegó a representar el 30.8% de la energía generada en el país en 1997, cerró actividades representando solo el 6% de la producción interna. En cambio, el porcentaje de energías renovables, pasó de ser el 25% en el 2012, a más del 46% en 2022. 

El desafío alemán ahora es alcanzar un ritmo adecuado para la transición energética que satisfaga tanto a la población como a los sectores productivos, siendo el siguiente paso la clausura total de todas las centrales que funcionan con carbón para el año 2038.

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