Atucha I entró en mantenimiento: de qué servirán las mejoras

Durante los próximos años Atucha I estará fuera de servicio, un tiempo en el que se realizarán tareas para garantizar una producción segura de energía nuclear.
Atucha I

Atucha I, una de las dos centrales que conforman el complejo nuclear más importante de Argentina y la primera de la historia del país, dejó de funcionar el 29 de septiembre porque ingresó en mantenimiento. El objetivo de las tareas será alargar su vida, un paso esencial considerando que inició sus actividades en el 1974, hace más de 50 años.

A partir de este freno en su funcionamiento, la central Atucha IA y su operadora Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) cumplirá con el compromiso que asumieron ante la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN). A partir de las mejoras y los cambios en la infraestructura, la planta podrá continuar siendo relevante en la producción de energía por los próximos 20 años.

Por qué Atucha I entró en mantenimiento

Luego de haber actuado de manera ininterrumpida por más de 30 años, en marzo de 2018 se acabó la licencia de operación de la central. La ARN lanzó una enmienda que permitió extender sus actividades por cinco años más. Cumplido ese plazo, se iniciaron las primeras tareas para revisar las instalaciones y realizar un reacondicionamiento.

De este modo, Atucha I entrará en mantenimiento para poder realizar las inspecciones y las mejoras de seguridad necesarias para que la central pueda continuar en funcionamiento por las próximas dos décadas. La NA-SA se comprometió de forma especial a actualizar el sistema que protege al reactor y los filtros que son esenciales para prevenir accidentes por pérdida de refrigerante.

La central nuclear no operará, como mínimo, durante un año y medio.

Alberto Lamagna, el presidente de NA-SA reveló los motivos por los que la central entró en mantenimiento: “El proyecto permitirá que Atucha I opere durante 20 años más, asegurando su aporte a la matriz energética nacional y promoviendo el desarrollo de capacidades técnicas que posicionan a Argentina en el mercado global de servicios nucleares”.

Cabe destacar que NA-SA es la encargada de producir energía eléctrica mediante sus centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse (ubicada en la provincia de Córdoba), que suman una potencia instalada de 1.763 MW. Además de estas actividades, son responsables de que se pueda operar de forma segura y confiable en sus instalaciones, por lo que realizarán este mantenimiento.

De hecho, aproximadamente el 8% de la energía eléctrica que se utiliza en el país proviene de la actividad de generación nuclear de las centrales que opera la NA-SA. Como forma de garantizar que las operaciones son seguras y están actualizadas a las demandas de los organismos internacionales, Atucha I estará fuera de servicio.

Cuánto tiempo estará sin funcionar Atucha I

Según las primeras estimaciones de las organizaciones que integran el proyecto, la central estará fuera de servicio por los próximos 30 meses, de modo que recién volverá a actuar en el 2027. En este lapso, se actualizarán la mayoría de sus componentes. Se calcula que las obras y la compra de equipamiento demandarán 670 millones de dólares. Este dinero, según explicaron fuentes oficiales, provendrá del tesoro nacional.

Lamagna, al oficializarse el mantenimiento (había sido pactado en noviembre del 2022 pero las obras no habían comenzado) se mostró muy contento tras haber logrado un acuerdo para su financiación, ya que se podrá “fortalecer y expandir el potencial nuclear argentino, en un contexto de revitalización mundial de este tipo de energía, que ofrece oportunidades de desarrollo en la incorporación de capitales privados”.

Por qué es importante realizar el mantenimiento

Desde la compañía revelaron algunas razones por las que estas tareas eran relevantes. “NASA tiene reactores que en otras centrales del mundo no tienen con tecnología muy diferente. Atucha I y II son centrales únicas en el mundo, con lo cual necesitamos tener personas entrenadas para el mantenimiento”. 

“En España, por ejemplo, la mayoría son reactores Westinghouse, de tecnología estadounidense, que hay por toda Europa y en Estados Unidos. Entonces hay empresas que se dedican a hacer ese mantenimiento anual”, continuaron en su explicación sobre las tareas de servicio que se realizan en otros países.

Atucha I es una de las dos centrales nucleares que conforman el complejo ubicado en la provincia de Buenos Aires.

“El otro tema es que nosotros tenemos tres centrales, una chica y dos medianas, comparado con las centrales de 1300 MW que operan en el mundo. Por eso, si haces el cálculo por cantidad de MW, te da esa relación, pero si lo haces por cantidad de centrales, el número es básicamente el mismo que tenemos nosotros”, sentenciaron acerca de este tema.

De todas maneras, cabe destacar que entre febrero y marzo de este año, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), desarrolló lo que se conoce en la industria como Misión SALTO, por sus siglas en inglés en Atucha I. Estas actividades consisten en verificar de forma presencial que las condiciones de seguridad de la central sean viables para las operaciones a largo plazo.

La relevancia de Atucha I

Más allá de ser una central de suma importancia para la producción de energía nuclear en Argentina, también es un centro de experimentación e investigación científica que reúne a especialistas de varios países de América Latina y cuya administración está a cargo de un organismo internacional. Esto ocurre hace más de 50 años, desde que fue estrenada en el 1974.

Este mantenimiento permitirá que Atucha estire su tiempo de vida útil por muchos años más.

La razón por la que es importante a nivel continental es que la Central Nuclear Atucha I es la primera planta de toda América Latina. Se ubica en la localidad de Lima, en la provincia de Buenos Aires. Actualmente cuenta con un reactor tipo PWHR (Reactor de Agua Pesada Presurizada), con una potencia instalada de 362 megavatios (MW).

En cuanto a la actividad de los científicos, las dos centrales que componen el complejo de Atucha son utilizadas para la medicina, en especial a través de la producción de radioisótopos, pero también en otras áreas, como la agricultura. La segunda planta, inaugurada de forma completa en el 2014, permitió extender sus capacidades y sobrepasar la línea de los mil MW.

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