ITER es el reactor de fusión más grande del mundo y ha logrado ensamblarse luego de más de dos intensas décadas de trabajo. Sin embargo, pese a las enormes expectativas que genera, no comenzará a funcionar hasta el 2039. Todavía faltan 15 años para que suceda, según explicaron los científicos que colaboraron en el proyecto.
ITER recibe su nombre a partir de las siglas que conforman “Reactor Termonuclear Experimental Internacional” en francés. Recientemente recibió la entrega de unas bobinas de campo toroidal de Japón y Europa, que serán claves para poder replicar el poder que tienen el sol y las estrellas.
Qué es ITER y por qué deberán esperarse 15 años
Ubicado en la región de Cadarache, en Francia, este reactor tiene 19 bobinas conectadas en bucle a una serie de imanes toroidales, que se programaron para iniciar su primera prueba en el año 2025. Sin embargo, recién se encenderá en el 2039, una situación imprevista e indeseada por los colaboradores.
“El director general Pietro Barabaschi compartió el nuevo plan del proyecto: los objetivos no cambian, pero la primera fase experimental tendrá más impacto. Energía magnética total en 2036, operaciones de deuterio-tritio en 2039”, explicaron desde la cuenta oficial del proyecto a través de su cuenta en la red social X.
“Ciertamente, el retraso del ITER no va en la dirección correcta“, explicó uno de los científicos en una conferencia de prensa vinculado a esta situación. “En términos del impacto de la fusión nuclear en los problemas que enfrenta la humanidad ahora, no deberíamos esperar a que la fusión nuclear los resuelva. Eso no es prudente“, detalló.
ITER, el reactor más grande del mundo
No hay proyecto de fusión nuclear más importante que este, que además es el resultado de un trabajo colaborativo entre 35 de los países más importantes del planeta. Esto incluye a todos los estados de la Unión Europea, a China, la India, Estados Unidos y Rusia. Y su potencia se debe a que cuenta con el imán más poderoso creado hasta la fecha.
Este elemento tiene la capacidad de generar un campo magnético que es 280 mil veces más fuerte que el que hoy protege a la tierra. Y se utilizará para reproducir y fabricar la energía que alimenta al sol. Cuando se elaboró el proyecto, se estimó un costo de 5 mil millones de dólares y que funcionaría a partir del 2020, algo que no se cumplió.
Producto de los retrasos que sufrió y de otros inconvenientes, el costo se incrementó más de 22 mil millones de dólares, sumados a otros 5 mil millones ligados al cubrimiento de otros factores extras.
En la actualidad, el problema se encuentra en la dificultad de comprimir el hidrógeno de modo uniforme. Las condiciones del diseño del reactor no son capaces de replicar con la exactitud con la que lo realizan las estrellas, por lo que todavía es el reto que deberá superarse en ITER a la hora de producir esta energía.