Argentina se encuentra dentro de un proceso en el que el Gobierno busca impulsar la energía nuclear. En este sentido, un ingeniero, que ya se reunió con las autoridades para enseñar su invención, desarrolló el Microrreactor N1, un proyecto que garantiza la producción de energía limpia y segura y que puede ser una alternativa más que efectiva para varias comunidades.
El Microrreactor N1 es un proyecto impulsado por Daniel Moncada, ingeniero argentino, y la compañía Nuclearis. La finalidad, gracias a que es pequeño y compacto, es que se convierta en una solución viable para las pequeñas comunidades o para las industrias, ya que es autónomo, portable y puede situarse en lugares en los que es difícil acceder.
En qué consiste el Microrreactor N1
El desarrollo también contó con la participación de Santiago Badrán, fundador y CEO de Nuclearis, una compañía argentina que surgió en el garaje del dueño. Se dedica a desarrollar procesos de producción automatizados, dispositivos y equipos de energía nuclear. De hecho, fabrica componentes mecánicos para estas plantas.
Esta invención se encuentra dentro de la categoría de Reactores Modulares Pequeños (SMR, por sus siglas en inglés). Se trata de un apartado que cada vez es más importante para los gobiernos y las compañías, ya que permite producir energía nuclear por un costo más bajo que en las centrales, y son procesos seguros y limpios.
De hecho, Javier Milei, al anunciar el Plan Nuclear Argentino, declaró que buscará impulsar proyectos relacionados a SMR como el microrreactor N1 para poder abastecer las demandas de los centros de datos y la inteligencia artificial. Las empresas tecnológicas más importantes del mundo, como Amazon o Microsoft, incluso invirtieron millones de dólares en estos dispositivos.
El Microrreactor N1 aplica tecnología PWR, que se basa en reactores de agua a presión. Su capacidad térmica es de 42 MWt y la eléctrica de 17 MWe. Estas cuestiones le permiten satisfacer la demanda de hasta 50 mil habitantes. Su diseño ocupa menos de 450 metros cuadrados, un tamaño considerablemente menor al de las centrales nucleares.
Pero además de su tamaño, tiene otra características que lo vuelven muy beneficioso para quienes busquen producir energía nuclear: su portabilidad. Puede desarrollarse en una gigafactoría (son 450 metros cuadrados, lo que requiere instalaciones importantes) y ser transportado por una ruta o por mar hacia el sitio donde se ubicará para producir energía nuclear.
Cuáles son las ventajas que ofrece el Microrreactor N1
La producción de energía nuclear necesita de determinadas condiciones ambientales y se prefieren localidades en las que los climas son más fríos, además de estar alejados de los centros urbanos. Es por eso que la Patagonia es vista por el Gobierno como una de las regiones que podría recibir una mayor cantidad de proyectos.
En este sentido, el diseño compacto del Microrreactor N1 es ideal porque puede ser ubicado en zonas en las que el espacio es más limitado o el acceso es más difícil, algo que tiende a ocurrir en las regiones remotas. Y, además de ser portátil, lo que ya contribuye a estos requisitos, también es autónomo.
Sobre este punto, su sistema de refrigeración Air Cooling Condenser le otorga muchas ventajas. Es un método que reemplaza a los más tradicionales, que enfrían el agua por un circuito cerrado de radiadores y ventiladores. De acuerdo a lo que explicó el ingeniero que desarrolló el dispositivo, esto permite que se instale en cualquier lugar, hasta en el desierto, porque no depende de fuentes naturales como ríos, arroyos o lagos.
Existe otro beneficio ligado a su diseño y es que es subterráneo. Cualquier proyecto nuclear debe cumplir con estrictos requisitos de seguridad porque ya ocurrieron algunas catástrofes. Esto es una estrategia que le otorga una mayor protección extra ante accidentes, ataques externos y desastres naturales. Para eso se encuentra en un búnker de concreto bajo tierra.
Según explicó Badrán, el estilo en el que se producirían se asemeja al de la industria automotriz, en gigafactorías en las que se desarrollarían hasta mil unidades por año. Esto le otorgaría la posibilidad de obtener un despliegue rápido y eficiente de la tecnología por el resto del planeta.
Otros aspectos esenciales del Microrreactor N1
Fue diseñado para poder operar durante 20 años de forma autónoma sin llevar a cabo una recarga de combustible. Esto es esencial porque, además de que la energía nuclear tiene altos costos de producción e instalación, también demanda muchos recursos para operarla y mantenerla. Esta estrategia los reduce de manera significativa. Puede alcanzar hasta 30 años.
También implica menos riesgos en el manejo del material radiactivo, un apartado ligado a lo que se explicó sobre su instalación subterránea. Cuando transcurre su tiempo de vida útil, todos los recursos que se generaron se almacenan (una cuestión esencial en estas alternativas) en un silo seco vertical. Esto le otorga estabilidad a largo plazo.
Como ocurre con estas alternativas limpias, la generación de energía nuclear implica que no se emiten emisiones de carbono. A nivel internacional, se están constituyendo como una de las fuentes más relevantes para acelerar la transición energética y abandonar los combustibles fósiles. El Microrreactor N1 contribuye a luchar contra el cambio climático.
Además, en cuanto a la producción de energía, el diseño del Microrreactor N1 también posibilita ampliar sus capacidades de generación a partir de la instalación de unidades adicionales. De esta manera, el sistema puede adaptarse a los requisitos de determinadas comunidades, especialmente si tienen más de 50 mil habitantes, o de las industrias.
Finalmente, cabe mencionar que el micrroreactor N1 podría ser la solución para muchas comunidades de distintos lugares de América Latina en la que su acceso a la energía está limitado a fuentes que no son muy confiables. La portabilidad y la autonomía que tiene podrán ayudar a solucionar este problema en varios puntos de la región.