En los últimos años, China ha sido el país que más incrementó sus esfuerzos para acelerar la transición energética, convirtiéndose en el líder mundial en generación renovable. Pero ahora tiene un proyecto mucho más ambicioso que los parques eólicos marinos que finalizó en 2024 o que sus centrales hidroeléctricas.
Se trata de una central de energía solar en el espacio, que fue comparada con la Presa de las Tres Gargantas, la planta hidroeléctrica más importante del gigante asiático y del mundo, y que modificaría la manera en la que se aprovecha la potencia del sol. Esto será posible gracias a un cohete que China lanzará como respuesta al Starship de SpaceX, la compañía de Elon Musk.
En qué consiste el proyecto de China para producir energía solar en el espacio
Long Lehao, científico de cohetes en la Academia China de Ingeniería (CAE) reveló que están trabajando en un proyecto que busca trasladar la potencia de la presa de las Tres Gargantas a “una órbita geoestacionaria a 36 mil kilómetros sobre la Tierra. Es una de las iniciativas más ambiciosas de la historia pero tiene varias posibilidades de convertirse en una realidad.
De acuerdo a lo que explicó Long, se trata de un proyecto increíble que genera mucha ilusión y que depende sobre todo de las capacidades de los cohetes superpesados, tal es el caso del CZ-9, que es comparable al de SpaceX, porque requiere de la instalación de un panel solar de un tamaño que supera un kilómetro en el espacio.
Entre los beneficios de esta iniciativa se destaca que, como se encontraría en una órbita geoestacionaria a 36 mil kilómetros sobre la tierra, las estaciones solares en el espacio podrían recolectar energía sin depender de los ciclos diarios ni verse afectados por la noche ni las condiciones meteorológicas que perjudican el rendimiento de los paneles.
Y esta iniciativa ya tuvo una exposición preliminar en la que Long Lehao enseñó cómo será el diseño que buscarán llevar al espacio. Fue presentado en la Academia China de Ciencias (CAS) y demostró que para poder producir energía se tendrá que instalar un panel solar de un kilómetro de ancho en la órbita del gigante de Asia.
Cabe destacar que ya se iniciaron algunas actividades para desarrollar tecnologías que serán complementarias a la central. Entre ellas se destacan una central solar experimental instalada en Bishan y un sistema terrestre de verificación que será pionero en el mundo.
Cuál es el potencial que tiene un proyecto solar en el espacio
De acuerdo a la explicación de los científicos que lideran esta iniciativa en China, la energía que se capture en un solo año será equivalente a todas las reservas de petróleo que se pueden extraer en la Tierra. De ser verdad, se estaría frente a un proyecto que no tiene comparación en todo el universo, porque implicaría dejar de depender de los combustibles fósiles.
A pesar de que se está acelerando la transición energética, el petróleo sigue siendo la mayor fuente de energía y domina el panorama a nivel global. Sin embargo, si en un año se puede producir el equivalente a todos los recursos que hay en la Tierra, ya no sería necesario su uso. Esto tendría beneficios incalculables para el planeta, en especial porque las emisiones de gases de efecto invernadero se reducirían considerablemente.
Cabe destacar que la densidad energética es mayor en el espacio que en la tierra. Algunos cálculos estiman que es hasta diez veces mayor. Esto involucraría que la recolección que realizarían las centrales solares en el espacio podrían ser transmitidas desde la órbita a estaciones terrestres mediante microondas.
En qué se basa la central en el espacio
Para llevar a cabo el proyecto se depende de dos factores. Por un lado, imitar lo que se realizó, en términos de magnitud y producción, con la Presa de las Tres Gargantas, la central hidroeléctrica más grande del planeta, cuya construcción demoró más de dos décadas. Por el otro, aprovechar el potencial del cohete estatal CZ-9.
La Presa de las Tres Gargantas se ubica sobre el río Yangtzé y cuenta con 34 generadores que le permiten tener una capacidad de producción de 112 teravatios hora (TWh). No existe ninguna igual en el mundo porque su infraestructura, basada en tres alas distintas, es tan imponente como ambiciosa. Y la idea sería trasladar este potencial al espacio.
Por otra parte, el CZ-9 es un cohete que está siendo desarrollado por la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China. Su diseño es similar al de Starship, posee 30 motores de metano y fue diseñado de manera especial para aterrizar. Se cree que podrá trasladar, al finalizar la década, una carga en la órbita baja terrestre con una capacidad de hasta 100 toneladas.
Además posee un empuje de lanzamiento de 6 mil toneladas y un peso de despegue superior a las 4 mil toneladas. De acuerdo a las palabras del científico que lidera el proyecto en China, el CZ-9 se usará en mayor medida para trasladar todos los equipamientos que serán necesarios para la instalación del panel en el espacio.
Es evidente que este proyecto de China tiene un inmenso potencial pero que también depende de una serie de retos tecnológicos que podrían demorar por muchos años la inauguración de la central. Se requiere, por ejemplo, de avances significativos en el lanzamiento de cohetes reutilizables, de materiales livianos y eficientes y de sistemas que puedan transmitir la energía desde el espacio hacia la Tierra.
De hecho, los riesgos de seguridad en la transmisión de energía ya están siendo evaluados por China a través de la prueba de su tecnología desde globos aerostáticos, además de la construcción de una estación receptora en la ciudad de Chongqing para seguir investigando este apartado fundamental para la central solar espacial.