La filial sueca de la empresa de energía RWE Renewables desarrolló un proyecto que reemplaza el acero por madera para construir las torres de los aerogeneradores, lo cual no solamente baja la contaminación sino que también trae otras ventajas.
La industria de las energías renovables continúa en auge en todo el mundo. Y también siguen los esfuerzos de los diferentes actores para desarrollar tecnologías, activar proyectos e impulsar mejoras en cada una de las áreas del sector.
Solución
Así fue como desde Suecia se fijaron el objetivo de encontrar una solución a la contaminación de los aerogeneradores. Parece irónico que al tratarse de una energía «limpia» hablemos de su parte «sucia», pero tal como ya comentamos acerca del deterioro de las aspas en desuso -que al ser hechas de epoxi no se creía posible reutilizarlas-, también es cierto que las torres de los molinos eólicos son perjudiciales para el medio ambiente. Esto es porque están fabricadas en acero, un material necesario para poder cargar con el peso de las aspas y el generador, pero cuya producción genera compuestos nocivos.
Prueba Piloto y próximos pasos
El primer aerogenerador de madera se instaló en Suecia hace tres años, para testear su factibilidad, resistencia y longevidad. Fue fabricado por la empresa Modvion, con la cual ahora se asoció RWE Renewables buscando implementar esta tecnología en sus próximos parques eólicos. Lars Borisson, responsable de desarrollo en la compañía asegura que el objetivo es «aumentar aún más la sostenibilidad de la energía eólica. Las torres de turbinas hechas de madera tienen el potencial de ser un componente importante para ayudar a la industria de la energía eólica a volverse totalmente neutra en carbono».
Un beneficio extra
Los estudios confirmaron que el reemplazo de acero por madera podría reducir hasta en un 90% las emisiones de carbono de los molinos, lo cual su impacto en la lucha contra el cambio climático sería notable. Y no solo eso: la madera laminada que se utiliza para su fabricación es más fuerte que el acero en proporción a su peso, lo que permitiría construir torres más altas y con ello captar viento más intenso, mejorando la eficiencia en la generación de energía.
Fuente: El Debate