La energía renovable en República Dominicana en deuda con las comunidades

Expertos enfatizan la importancia de un enfoque riguroso en la evaluación de impactos y la necesidad de leyes y regulaciones más sólidas para guiar el desarrollo de proyectos de energía renovable en República Dominicana.
Expertos enfatizan la importancia de un enfoque riguroso en la evaluación de impactos y la necesidad de leyes y regulaciones más sólidas para guiar el desarrollo de proyectos de energía renovable en República Dominicana.

A escasos metros del Parque Solar Girasol, la central fotovoltaica más grande de República Dominicana y el Caribe, Carlos Suazo se queja del aumento de la temperatura en su comunidad. Varios residentes en Yaguate, una localidad en la provincia de San Cristóbal, al suroeste del país, comparten su preocupación. La instalación de 268.200 paneles solares cerca de sus hogares ha llevado a lo que ellos perciben como un incremento en el calor.

Este es uno de los nueve proyectos de energía solar en funcionamiento en República Dominicana, que ha experimentado un crecimiento significativo en el desarrollo de proyectos solares y eólicos. El objetivo nacional es que, para el 2025, las fuentes renovables representen el 25% de la generación de electricidad.

Hasta la fecha, el país caribeño cuenta con 10 parques eólicos y nueve plantas solares en funcionamiento, junto con una planta de biomasa. En septiembre de 2023, estas fuentes de energía sumaban 1.109 megavatios, lo que representaba el 19% de la capacidad instalada total y colocaba al país como líder en energías renovables en el Caribe.

Sin embargo, muchos de estos proyectos de energía renovable se han desarrollado sin tener en cuenta su posible impacto en las comunidades, tierras destinadas a la producción agrícola y áreas protegidas.

«Hasta ahora, los proyectos solares y eólicos se han ubicado principalmente en función de la radiación solar y las tasas de viento, sin considerar adecuadamente aspectos de ordenamiento territorial, impacto ambiental, expansión urbana o agrícola», sostiene Osiris de León, un ingeniero geólogo y miembro de la Academia de Ciencias de República Dominicana.

En 2022, se promulgó la Ley de Ordenamiento Territorial, Uso de Suelo y Asentamientos Humanos en el país, un instrumento que podría permitir una evaluación más exhaustiva de los impactos potenciales de estos proyectos en las personas, tierras agrícolas y áreas protegidas. Sin embargo, el reglamento de aplicación de esta ley aún no se ha publicado.

Hasta el momento, la Ley de Incentivo al Desarrollo de Fuentes Renovables de Energía y sus Regímenes Especiales solo requería que los proyectos presentaran estudios técnicos y económicos para su evaluación por parte de la Comisión Nacional de Energía (CNE) y la Superintendencia de Electricidad (SIE). Erick Dorrejo, director de Políticas de Desarrollo de la Zona Fronteriza del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, señala que están trabajando en un nuevo reglamento que establecerá parámetros más específicos para la ubicación de estos proyectos. Sin embargo, para Luis Carvajal, un biólogo ambientalista y miembro de la Academia de Ciencias, el problema no es solo la falta de una ley de ordenamiento territorial, sino que en muchos casos los estudios ambientales no son lo suficientemente rigurosos.

Los residentes de Yaguate no tienen una explicación científica para el cambio de clima que experimentan, pero expertos en la península de Yucatán, México, han respaldado sus quejas. Afirman que las plantas solares podrían generar un aumento en las temperaturas debido a la remoción de la vegetación, que contribuye a mantener la humedad en el suelo y evitar cambios bruscos de temperatura. La Empresa Generadora de Electricidad Haina}, propietaria del Parque Solar Girasol, argumenta que los paneles solares no emiten irradiación que cause un aumento de las temperaturas en la zona, atribuyendo el calor global a un fenómeno más amplio. Investigadores de la NASA también han señalado que julio de 2023 fue el mes más caluroso registrado en la Tierra debido al calentamiento global.

En Yaguate, los residentes también se quejan de que el parque solar se instaló en tierras que antes se utilizaban para la producción de caña de azúcar y actividades comunitarias. La falta de acceso a estas tierras ha generado tensiones en la comunidad. En otro extremo del país, en Isla Saona, un parque solar ha causado preocupación debido a su impacto en la anidación de tortugas marinas. La iluminación de las playas ha desorientado a las tortugas, lo que podría afectar gravemente a especies en peligro de extinción.

A pesar de estos desafíos, la generación de energía renovable se considera una de las mejores alternativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, los expertos enfatizan la importancia de un enfoque más riguroso en la evaluación de impactos negativos y la necesidad de leyes y regulaciones más sólidas para guiar el desarrollo de proyectos de energía renovable en República Dominicana. Esto debe incluir la consideración de los planes de ordenamiento territorial y la identificación de áreas inapropiadas para estos proyectos. Además, se deben mejorar los procesos de evaluación socioambiental y hacer que los estudios de impacto ambiental sean más transparentes y rigurosos.

Fuente: El País

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