La expansión de los BRICS, con la incorporación de nuevos miembros como Arabia Saudí, Irán, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Egipto, Etiopía y Argentina, tiene el potencial de convertir a este bloque en un líder global en energías renovables. Según un estudio de Rystad Energy, se espera que estos nuevos miembros se unan al grupo que actualmente integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) en enero de 2024.
La transición hacia tecnologías más limpias y sostenibles está en pleno apogeo en todo el mundo, y se prevé que los BRICS+ obtengan más del 80% de su energía de fuentes renovables para 2050, con una capacidad total de 11 teravatios (TW). Esto supera en más del doble la capacidad proyectada de 4.5 TW en las naciones del G7, que incluye a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido.
El atractivo de las energías renovables ha aumentado a medida que los costos han disminuido, y esto ha atraído la inversión en los países BRICS+ debido a la abundancia de recursos naturales y mano de obra asequible. Esto ofrece oportunidades para un crecimiento económico significativo en estos países.
Sin embargo, a pesar de su crecimiento económico, los BRICS+ enfrentan el desafío de reducir sus emisiones de carbono debido a su dependencia de los combustibles fósiles. En comparación, el G7 ha adoptado tecnologías y políticas más ecológicas que han reducido sus emisiones. Ambos grupos han establecido objetivos climáticos ambiciosos, lo que subraya la importancia de la energía sostenible en la transición energética global.
Los BRICS+, liderados por China, son actores clave en la cadena de suministro de tecnologías limpias, como baterías y paneles solares. Un ejemplo de esto se encuentra en los Emiratos Árabes Unidos, donde Masdar, una empresa estatal, ha ganado un contrato para expandir un parque solar a una tarifa competitiva.
La adopción de la electromovilidad es otro indicador importante de la transición energética, y China lidera las ventas globales de vehículos eléctricos de batería pura (BEV), superando a los países del G7. Esto se debe a avances en tecnología de baterías, infraestructura de carga y políticas de apoyo.
La expansión de la capacidad solar en China también desempeña un papel clave en la transición hacia energías más limpias, y se espera que los VE representen más del 60% de todas las ventas de automóviles nuevos en los BRICS+ para 2035.
El bloque BRICS+ es a la vez un jugador importante en la producción global de petróleo y gas, ya que sus miembros cubren dos tercios de la demanda mundial de petróleo. Esto les permite equilibrar la oferta y la demanda globales de petróleo y contribuir a la estabilidad de los precios. Arabia Saudí, que se unirá al grupo, ha extendido su recorte voluntario de producción de petróleo, lo que destaca su compromiso con este bloque.
En un contexto en evolución, países como Rusia y Arabia Saudí desempeñan un papel crucial. Las sanciones occidentales contra Rusia han llevado al país a ofrecer petróleo con descuento, beneficiando a países como India, que ha aumentado sus importaciones de petróleo ruso.
A medida que los BRICS+ maduran como bloque, se espera que alcancen un superávit energético, superando los niveles de consumo de sus miembros más grandes, en parte debido a que algunos nuevos miembros son exportadores netos de energía, como Arabia Saudí.
Por otro lado, las naciones del G7 siguen siendo importadoras netas de energía primaria, lo que los hace vulnerables a la interrupción de los suministros energéticos, como en el caso de las tensiones relacionadas con el gas ruso.
En conclusión, la expansión de los BRICS+ está reconfigurando el panorama energético global. Con un enfoque en las energías renovables, la producción de petróleo y gas, y la adopción de vehículos eléctricos, este bloque se está posicionando como líder en la transición hacia un futuro energético más sostenible. A medida que estos países continúan creciendo, su influencia en el mercado energético global aumentará, lo que requerirá una adaptación estratégica por parte de otras naciones para mantener la competitividad y la seguridad energética.
Fuente: El Periódico de la Energía