Argentina es uno de los pocos países del mundo que está utilizando la Antártida y sus recursos para producir energías renovables. Esto se debe a que el continente blanco tiene muchas posibilidades que todavía no fueron aprovechadas por los ínfimos estados que poseen un territorio en la región. La alternativa fotovoltaica es la que tiene más potencial.
De hecho, Argentina instalará su cuarto sistema solar en la Antártida con el objetivo de abastecer de energía a los refugios y centros que el país posee en la región que le pertenece en las tierras de lo que se considera el sexto continente. El objetivo es que la transición para abandonar a los combustibles fósiles abarque a todo el territorio.
Cómo es el proyecto solar de Argentina en la Antártida
Más allá de lo que se realizó anteriormente, esta cuarta instalación tiene como finalidad ofrecer electricidad en una instalación dedicada al estudio de la glaciología en la Isla Vega, en la que se pondrán paneles solares para abastecer las actividades que allí se llevan a cabo. De esta manera, se abandonará el anterior generador a diésel.
El refugio de la Isla Vega en la Antártida se abastecerá a partir de la electricidad fotovoltaica que será proveída por el Departamento de Energía Solar que depende de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Se trata de la cuarta instalación en la región y esto se producirá diez años después de la primera alternativa renovable.
De hecho, en el 2014 se avanzó en la instalación de paneles solares en la Base Marambio, el refugio argentino más conocido en la Antártida. Y desde que esto ocurrió se reforzaron las cantidades de estos equipamientos, añadiendo nuevos dispositivos en Elefante y en la Base Carlini, las dos restantes que conforman las cuatro.
Dónde estará ubicada la instalación solar y cómo será su sistema
La Isla Vega se halla cerca del glaciar Bahía del Diablo, que está aproximadamente a 60 kilómetros de la Base Marambio. El objetivo de los paneles solares es que logre funcionar a partir de un sistema aislado en el que se le conectarán baterías con el fin de sustentar su almacenamiento.
Hernán Socolovsky, jefe del Departamento de Energía Solar de la CNEA, explicó cómo será la iniciativa de Argentina en la Antártida: “Con estas instalaciones, buscamos ir reemplazando fuentes fósiles por renovables para reducir la emisión de gases contaminantes. Una de las ventajas de estos sistemas es que son autónomos. Como inyectan energía directamente a la red, funcionan sin mantenimiento”.
Finalmente, cabe destacar que la potencia de la energía solar en la Isla Vega será menor que la de la Base Marambio (que es la más grande de Argentina y por eso la que más capacidad requiere), que tiene 1,92 kW y de la Base Carlini, con 1 kW. A partir de esta iniciativa, se logrará contribuir a disminuir la utilización de los combustibles fósiles, un proyecto que abarca a todo el continente blanco.