Debido a que utiliza el agua como recurso principal, la energía mareomotriz, también conocida como oceánica, es una fuente renovable que será muy importante en el futuro. Al lograr transformar el movimiento de las mareas en electricidad, es una alternativa a los combustibles fósiles que posibilita disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por esta razón, la energía mareomotriz no se agota y se constituye como una forma limpia y sustentable para el medioambiente. Ese es el motivo por el que muchos estados nacionales y empresas comenzaron a invertir en proyectos que busquen aprovechar este recurso natural para generar electricidad.
Cómo funciona la energía mareomotriz
Para poder producir, las centrales que trabajan en el océano aprovechan las bajadas y las subidas de la marea, fenómeno que es consecuencia de la atracción gravitatoria que ejercen tanto el sol como la luna. Gracias a los estudios del clima, este proceso es fácilmente predecible, por lo que se puede trabajar a partir de las condiciones meteorológicas.
De todas maneras, estas centrales deben instalarse debajo de la superficie en zonas geográficas muy específicas. La instalación submarina debe ser en una bahía o un estuario en los que entre el máximo nivel del mar (pleamar) y el mínimo (bajamar) existan cinco metros de diferencia. Es decir, en un lugar en el que no haya grandes olas en determinados horarios, no será posible producir energía.
Una vez que se encontró un sector que cumpla con estas condiciones, a determinada profundidad se introducen las turbinas y los alternadores. En funcionamiento, estas aspas empiezan a girar, agitando el agua y produciendo energía eléctrica que luego se envía a tierra. Al utilizar estos recursos, se reduce la emisión de carbono.
En general, esto tiene tres grandes ventajas. En primer lugar, no necesita de combustibles adicionales, por lo que no contamina, además de ser renovable. En segundo, los ciclos de las mareas son fáciles de predecir por lo que se puede trabajar a partir de fenómenos conocidos. Por último, si la velocidad es baja no afecta su producción ya que lo más importante es el volumen del agua.
Un ejemplo de energía mareomotriz
Escocia, un país que por mucho tiempo se dedicó a la producción de petróleo y gas, apostó por esta alternativa. En el Mar del Norte, se instalaron varios proyectos que tienen en vista generar electricidad en estas aguas. Lo mismo sucede en el archipiélago de las Orcadas.
En el primero de los dos lugares, Nova Innovation desarrolló la red mareomotriz de las Shetland, proyecto que cuenta con 600 kilovatios de capacidad, mientras que Orbital Marine Power aseguró que está creando la turbina más potente del mundo. En el segundo caso, European Marine Energy Centre, está operando a mar abierto.