El avión, debido a su considerable tamaño e importancia, figura como uno de los modos de transporte más perjudiciales para el medio ambiente. Es por ello que varios países han comenzado a implementar medidas destinadas a restringir su uso en ciertos contextos.
Recientemente, el gobierno francés dio un paso significativo al prohibir los vuelos nacionales de corta distancia en favor de los viajes en tren. Según un decreto oficial, cualquier trayecto que pueda completarse en menos de dos horas y media en tren quedará excluido de las opciones de transporte aéreo.
Esta iniciativa se suma a los esfuerzos por frenar el uso de aviones privados en viajes de corta duración, con el objetivo de promover un sistema de transporte más equitativo y respetuoso con el medio ambiente, accesible para todos los ciudadanos. Clément Beaune, Ministro de Transporte, enfatizó que la nación ya no puede tolerar que los más adinerados viajen en jets privados mientras el resto de la población se ve obligado a tomar medidas drásticas para enfrentar la crisis energética y el cambio climático.
De acuerdo con estimaciones de Bonpote, un sitio web especializado en medio ambiente, los aviones emiten entre 30 y 50 veces más dióxido de carbono (CO2) que los trenes.
Para respaldar esta afirmación, se llevó a cabo una investigación que evaluó las emisiones de CO2 por pasajero en un viaje de Londres a París en el Eurostar en comparación con el mismo trayecto en avión. Después de analizar múltiples variables, los investigadores concluyeron que optar por el tren en lugar del avión para el viaje a París representaba una sorprendente reducción del 90% en las emisiones de CO2 por pasajero.
De hecho, en 2022, la ruta París-Londres fue la más concurrida por aviones privados, según un informe de Greenpeace publicado a principios de año.
Los expertos están de acuerdo en que los trenes, especialmente aquellos que funcionan con electricidad proveniente de fuentes de energía renovable, son una opción de transporte considerablemente más limpia.
A pesar de que todavía existen desafíos que deben abordarse para garantizar que la prohibición de vuelos de corta distancia sea una medida beneficiosamente ecológica y no afecte a la población, se espera que otros países sigan el ejemplo de Francia.
Olivier Véran, portavoz del gobierno francés, anunció que planean promover este tema en la próxima reunión de ministros europeos de Transporte que se celebrará en octubre.
Declaraciones de Robert B. Noland, profesor de Planificación y Políticas Públicas de la Universidad Rutgers, EE.UU.
Los vuelos comerciales emiten contaminantes como NOx, CO y CO2, además de tener efectos en la formación de nubes cirrus y estelas de condensación que contribuyen al calentamiento global. Hay un «abuso» en la contaminación por pasajero, esto se observa más en los aviones privados y chárter que en los vuelos comerciales.
En cuanto a la posibilidad de reducir el uso de vuelos comerciales, algunos viajes de negocios podrían reemplazarse por comunicaciones virtuales, aunque esto tiene limitaciones, especialmente en la coordinación a través de diferentes husos horarios. Además, los viajes de ocio podrían centrarse más en destinos locales.
No hay razón para volar en distancias cortas cuando el tren es una opción viable, considerando el tiempo total involucrado en los vuelos. Además, los trenes generalmente llegan a destinos centrales, lo que puede ser conveniente para muchos viajeros.
Los trenes pueden ser menos contaminantes que los aviones, especialmente si funcionan con energía eléctrica de fuentes renovables, y también pueden reemplazar los viajes en coche de distancias comparables.
Fuente: Metro News World
