Para abandonar los combustibles fósiles, hay empresas que están optando por desarrollar vehículos que utilicen la electromovilidad. Es el caso, por ejemplo, de Elon Musk, que desarrolló una serie de autos en su compañía Tesla. Hoy en día, si bien no se consolidó en todo el mundo, es una tendencia que está en aumento.
El avance de la electromovilidad en varios países llevó a que se construyan estaciones de carga que permitan utilizar estos vehículos sin tener dificultades de electricidad. Sin esto, sería mucho más complicado poder implementar esta alternativa que no requiere de nafta ni gas.
Dónde queda la estación de carga más grande del mundo
Es por este motivo que en Shenzhen, China, se instaló el parque de carga de mayor capacidad global, lo que constituye un gran avance para la electromovilidad. El lugar es operado por una empresa conjunta entre Shell y BYD que se llama Shell Recharge.
La estación tiene 258 puntos de carga, lo que le permite llenar hasta el 80% de la batería de un vehículo en un período de 30 minutos. Tiene varias comodidades, principalmente porque se encuentra solo a 2,5 kilómetros del aeropuerto de la ciudad y es fácil de arribar a su locación.
Como parte de una iniciativa para combatir la emisión de gases de efecto invernadero, las empresas inauguraron este proyecto en septiembre. Por el momento, puede proporcionar una potencia de 150 kW a los vehículos, que es lo que permite cargarlos en un tiempo relativamente corto, en especial si se lo compara con otros parques.
Por la enorme infraestructura desplegada, se estima que puede recibir hasta 3.300 vehículos por día. Si se compara con las estaciones de servicio clásicas, muchas de ellas no cuentan con las capacidades para alcanzar esta cifra. Esto es importante porque contribuye a desmentir la idea de que esta alternativa no tiene la capacidad de contribuir con la demanda de la población.
Importancia de la electromovilidad
En este sentido, el hecho ocurrido en Shenzhen es un hito para las personas que están impulsando este cambio. Que una estación de carga se ubique en una ciudad tan importante, en un barrio céntrico de fácil acceso y que cuente con una potencia significativa, enseña que es posible realizar una transición hacia este tipo de vehículos.
Además, abre el camino para que más empresas que brindan este tipo de servicios adopten nuevas vías y construyan centrales de cargas eléctricas. El convenio entre Shell y BYD demuestra que se pueden llevar a cabo trabajos colaborativos. A futuro, se espera que más compañías opten por impulsar una electromovilidad sostenible, limpia y que sea menos dañina para el medioambiente.